Con aire de mar y oeste, una pierna quemada al sol que se banco caminatas de arena y gente cayendo del cielo. Vengo de cantar casi las mismas canciones por tres días seguidos, en tres geniales shows. Vengo de ronronear dos semanas sin parar, y ahora que vuelvo a la rutina, con tantas anécdotas creo que puedo seguir ronroneando todo el año. Como extrañaba mis cuadernos.
Este dibujo va acompañado de
este, es su otra mitad.
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